NEUQUÉN (AN).- Los brigadistas que luchan contra el incendio que comenzó el 6 de enero en cercanías de Piedra del Águila tuvieron ayer un respiro luego de la complicada situación que se vivió el jueves al costado de la Ruta 237.
Según el coordinador de Defensa Civil de la municipalidad de Piedra del Águila, Emilio Vázquez, el "momento más crítico" de los últimos días fue el jueves cuando pasadas las 12.30 hubo un rebrote del fuego en la zona del paraje La Pintada, sobre ruta 237 y a 22 kilómetros del pueblo y a 140 de Junín de los Andes.
El funcionario detalló a "Río Negro" que la combinación de fuertes vientos con "algún hormiguero o cortadera (planta silvestre de la zona) que quedó prendida" dio como resultado el resurgimiento del siniestro.
"Estuvo complicado" observó Vázquez y especificó que por varios lapsos de casi 30 minutos debieron cortar el tránsito por la intensa presencia del humo, que impedía buena visibilidad para los automovilistas. Agregó que hubo un puesto que estaba en riesgo de quemarse, pero que pudo ser prevenido a tiempo de las llamas por el personal que allí trabajaba y, afortunadamente, sólo hubo "daños forestales" y no hubo que lamentar heridos.
Alrededor de 21 personas, entre personal del Sistema Provincial de Manejo del Fuego y bomberos de la localidad, se desempeñaron en la contención de las llamas.
Al cierre de esta edición, Vázquez indicó aliviado que el incendio "quedó contenido en el mismo lugar, no hubo humo y el tránsito fue fluido".
Desde el gobierno provincial, hasta el momento calculan que estuvieron afectadas unas 3.500 hectáreas.