La Justicia Federal de Roca declaró admisible un amparo y dictó una medida cautelar que exige un plan para sanear la cuenca del Limay, Neuquén y Negro.
La Isla Jordán ayer. Desde allí hasta la Planta Tronador de Neuquén deberá pensarse la remediación.
La Justicia Federal puso fecha de vencimiento a la pasividad de los gobiernos ante la contaminación de los ríos Limay, Neuquén y Negro en el Alto Valle. Antes del 12 de abril del año próximo, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas deberá presentar en los tribunales de Roca un plan de remediación y el saneamiento, que incluya trabajos desde la planta Tronador de Neuquén hasta el final de la Isla Jordán, en Cipolletti.
La decisión fue tomada el miércoles por la jueza Carolina Pandolfi, quien declaró admisible el amparo presentado el 15 de septiembre por un grupo de concejales rionegrinos y dictó una medida cautelar, para que en el plazo máximo de seis meses el organismo integrado por la Nación y las provincias de Río Negro, Neuquén y Buenos Aires detalle por escrito qué piensa hacer para que las comunidades que conviven con los tres ríos dejen de padecer las consecuencias del daño ambiental.
La magistrada recordó en su resolución que en febrero de este año ya había dictado una medida cautelar del mismo tenor, en el marco de la causa que se abrió a principios del 2015 para investigar la contaminación del río Negro y las consecuentes responsabilidades penales. Ese expediente fue producto de una denuncia presentada por el legislador Jorge Ocampos y la senadora Magdalena Odarda, que ahora acompañó a los ediles y vecinos que impulsaron el amparo.
Pandolfi ordenó en esa oportunidad al Departamento Provincial de Aguas de Río Negro “la readecuación y normalización del funcionamiento de la planta de tratamiento de efluentes cloacales de Cipolletti y el cese del vertido de efluentes cloacales públicos a aguas públicas”, dándole al efecto un plazo de 90 días.
Sin embargo, la jueza se encontró luego con diversas excusas, que actuaron como obstáculos para lograr el objetivo reclamado. En principio, el DPA se defendió diciendo que el 57% de los líquidos cloacales cipoleños reciben tratamiento; luego se afirmó que cuando se complete la construcción de la Planta Depuradora de la ciudad no habría más descargas crudas; y finalmente se planteó la situación extrema, ya conocida por muchos cipoleños y que incluso espera una prometida denuncia penal: la plata que había enviado Nación al exintendente Abel Baratti para terminar las obras nunca se utilizó y terminó otra vez en Buenos Aires.
Sumado a ello, Pandolfi advirtió que entre las obras que detalló el DPA cuando se presentó en la causa penal por la contaminación no aparece el Plan Director de Desagües Cloacales de Cipolletti, sino solamente uno de aguas potables.
Con todos esos elementos, la jueza concluyó que la medida cautelar tomada en febrero “no dará los frutos esperados”. Y tomando en cuenta que los actores denunciaron el volcado de vertidos ilegales también por parte de los habitantes de la ciudad de Neuquén sobre el río Neuquén, definió “que sea la AIC el sujeto pasivo de la cautelar por adoptar, de modo de vincular a los Estados partes para su solución”.
La subrogante a cargo del Juzgado Federal de Roca consideró adecuado entonces ordenarle a la AIC que en el término de seis meses “emplee los resortes administrativos pertinentes y adecuados, en conjunto con los Estados que la componen en orden a concebir un plan de remediación y saneamiento de la cuenca formada por los tres ríos”.
Esas acciones deberán desarrollarse “tomando como límite oeste el punto de descarga de líquidos cloacales –tratados o no– de la planta Tronador de la ciudad de Neuquén sobre el Limay, y como límite este, el fin de la isla Jordán –sin perjuicio del distinto alcance de la pretensión de fondo, que se mantiene para la contaminación del río Negro aguas abajo–, integrado con un claro proyecto ejecutivo de precisas fechas de tramos de avance”.
De acuerdo a la resolución judicial de esta semana, el plan de la AIC deberá contener las siguientes tareas:
Análisis actual de la contaminación bacterial de los tres ríos y brazos en la zona de Pre-Confluencia y Confluencia de acuerdo con los valores tolerables propios de la autoridad de acuerdo al uso de balnearios, de toma de agua para tratamiento de potabilización, de agua para actividades recreativas con contacto directo, para irrigación y vida acuática.
Consideración de las obras
de infraestructura que es necesario incorporar a las ya existentes para el tratamiento de los residuos cloacales
para no alterar los valores referidos en el ámbito territorial de la cuenca ya definida (de Tronador a Isla Jordán).
Consideración de los préstamos ya existentes o en trámite para esas obras por parte del Enohsa dirigidos al menos a la Provincia de Río Negro.
La Isla Jordán ayer. Desde allí hasta la Planta Tronador de Neuquén deberá pensarse la remediación.
La Justicia Federal puso fecha de vencimiento a la pasividad de los gobiernos ante la contaminación de los ríos Limay, Neuquén y Negro en el Alto Valle. Antes del 12 de abril del año próximo, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas deberá presentar en los tribunales de Roca un plan de remediación y el saneamiento, que incluya trabajos desde la planta Tronador de Neuquén hasta el final de la Isla Jordán, en Cipolletti.
La decisión fue tomada el miércoles por la jueza Carolina Pandolfi, quien declaró admisible el amparo presentado el 15 de septiembre por un grupo de concejales rionegrinos y dictó una medida cautelar, para que en el plazo máximo de seis meses el organismo integrado por la Nación y las provincias de Río Negro, Neuquén y Buenos Aires detalle por escrito qué piensa hacer para que las comunidades que conviven con los tres ríos dejen de padecer las consecuencias del daño ambiental.
La magistrada recordó en su resolución que en febrero de este año ya había dictado una medida cautelar del mismo tenor, en el marco de la causa que se abrió a principios del 2015 para investigar la contaminación del río Negro y las consecuentes responsabilidades penales. Ese expediente fue producto de una denuncia presentada por el legislador Jorge Ocampos y la senadora Magdalena Odarda, que ahora acompañó a los ediles y vecinos que impulsaron el amparo.
Pandolfi ordenó en esa oportunidad al Departamento Provincial de Aguas de Río Negro “la readecuación y normalización del funcionamiento de la planta de tratamiento de efluentes cloacales de Cipolletti y el cese del vertido de efluentes cloacales públicos a aguas públicas”, dándole al efecto un plazo de 90 días.
Sin embargo, la jueza se encontró luego con diversas excusas, que actuaron como obstáculos para lograr el objetivo reclamado. En principio, el DPA se defendió diciendo que el 57% de los líquidos cloacales cipoleños reciben tratamiento; luego se afirmó que cuando se complete la construcción de la Planta Depuradora de la ciudad no habría más descargas crudas; y finalmente se planteó la situación extrema, ya conocida por muchos cipoleños y que incluso espera una prometida denuncia penal: la plata que había enviado Nación al exintendente Abel Baratti para terminar las obras nunca se utilizó y terminó otra vez en Buenos Aires.
Sumado a ello, Pandolfi advirtió que entre las obras que detalló el DPA cuando se presentó en la causa penal por la contaminación no aparece el Plan Director de Desagües Cloacales de Cipolletti, sino solamente uno de aguas potables.
Con todos esos elementos, la jueza concluyó que la medida cautelar tomada en febrero “no dará los frutos esperados”. Y tomando en cuenta que los actores denunciaron el volcado de vertidos ilegales también por parte de los habitantes de la ciudad de Neuquén sobre el río Neuquén, definió “que sea la AIC el sujeto pasivo de la cautelar por adoptar, de modo de vincular a los Estados partes para su solución”.
La subrogante a cargo del Juzgado Federal de Roca consideró adecuado entonces ordenarle a la AIC que en el término de seis meses “emplee los resortes administrativos pertinentes y adecuados, en conjunto con los Estados que la componen en orden a concebir un plan de remediación y saneamiento de la cuenca formada por los tres ríos”.
Esas acciones deberán desarrollarse “tomando como límite oeste el punto de descarga de líquidos cloacales –tratados o no– de la planta Tronador de la ciudad de Neuquén sobre el Limay, y como límite este, el fin de la isla Jordán –sin perjuicio del distinto alcance de la pretensión de fondo, que se mantiene para la contaminación del río Negro aguas abajo–, integrado con un claro proyecto ejecutivo de precisas fechas de tramos de avance”.
Consideración de las obras
de infraestructura que es necesario incorporar a las ya existentes para el tratamiento de los residuos cloacales
para no alterar los valores referidos en el ámbito territorial de la cuenca ya definida (de Tronador a Isla Jordán).