La subsecretaría de Ambiente de la provincia lo suspendió de manera preventiva por detectar olores nauseabundos y derrames cloacales. Ordenó el traslado de unos 2.000 animales.
El criadero de cerdos está ubicado al oeste de la localidad y el emprendimiento creció mucho en los últimos años. Los vecinos denunciaban que emanaba olores nauseabundos y que no podían convivir con él. Es por eso que intervino la subsecretaría de Ambiente de la provincia. Envió la disposición 119/17 que le otorgó a la municipalidad autoridad para que suspenda de manera preventiva las actividades del criadero, que ordene el cese la descarga de efluentes fuera de los límites del establecimiento y el inmediato traslado de animales.
Los establecimientos porcinos deben contar con licencia ambiental y monitoreos frecuentes.
“Lo que sucede con este tipo de actividades es que comienzan con un tamaño y después van creciendo pero sin hacer las obras necesarias para que no haya problemas ambientales”, contó el subsecretario de Ambiente Juan Luccelli . Se hizo la suspensión y ahora la municipalidad, Recursos Hídricos y Producción deben informar sobre sus actuaciones para buscar una solución.
“El dueño se acercó a la subsecretaría y dijo que está dispuesto a adquirir una tierra en otro lugar, pero tiene que ver si está apta para producir”, dijo Luccelli.
La intendenta Adriana Figueroa explicó que desde el 2012 se viene trabajando “para poder sanear y llevar adelante mejoras que vengan a solucionar el daño ambiental, sin lograr avances en cada plazo establecido”.
Según informaron desde el Tribunal de Faltas local se emitió una multa por contaminación, instancia que es apelada por el criancero en el Tribunal Superior Justicia Provincial. La Justicia falló a favor del municipio y sigue el proceso judicial.