Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

Advierten sobre la necesidad de monitorear los volcanes neuquinos


Tres de ellos son considerados activos (Copahue, Lanín y Tromen). Sólo un grupo de la UBA realiza algún tipo de estudio sobre el Copahue, aunque no alcanza para anticipar una posible erupción.

En Chile, un mes antes de la erupción del complejo volcánico Cordón Caulle, el Sernageomin emitió una alerta temprana de actividad.

Neuquén > En su territorio, hay cuatro volcanes principales en la provincia, de los cuales tres están activos (Lanín, Copahue y Tromen) y el restante se desconoce aún con certeza si realmente es un macizo (Domuyo). Sin embargo, vulcanólogos y geólogos coinciden en que ninguno de ellos está monitoreado.
“Es importante dejar en claro que esto no significa que vayan a sufrir necesariamente una erupción. La idea no es trasmitir miedo sino la necesidad de contar con la posibilidad de contar con datos más precisos”, advierte el vulcanólogo Alberto Caselli, de la Universidad Nacional de Buenos Aires. “Tanto la experiencia del Chaitén como la actual nos indica que hay una cuestión grave y es que no contamos con la misma información que otros lugares por ejemplo. Es muy difícil el estudio de este tipo de volcanes Nosotros hemos presentado varias propuestas”, agrega Gustavo Villarosa, vulcanólogo del Inibioma-Conicet.
En menos de 20 años, Neuquén sufrió tres erupciones volcánicas en las que el protagonista siempre fue el mismo: Copahue. En todos los episodios se resaltó la importancia de iniciar “acciones tendientes a contar con un método de seguimiento basado en la consigna de que los volcanes son educados y avisan con anticipación”. Sin embargo, ningún macizo está monitoreado en la Provincia.
Tras la erupción del volcán Llaima en 2008, el vulcanólogo Alberto Caselli advirtió sobre los problemas que tenía para poder estudiar al volcán Copahue. Hoy, tras el despertar de una fisura en el Cordón Caulle, la situación no difiere de hace algunos años. “Nosotros lo estudiamos, pero no lo monitoreamos. Eso es lo que falta”, aclara.

Copahue
El equipo que lidera Caselli tiene dos estaciones instaladas en la zona. Una en el volcán y otra en Caviahue, la última es una antena sísmica. El equipo instalado en el macizo fue generado e instalado por la UBA mientras que, gracias a un acuerdo con el Eproten, se construyó una caseta y hay un cuidado del lugar. Poco tiempo atrás, un joven ingeniero químico se mudó a Caviahue y, desde allí, se ofreció para enviar algunos datos que entregan los equipos vía mail. Antes viajaban por correo postal.
“Nos está dando una mano y mantenemos funcionando el sismógrafo”, explicó Caselli.
En este contexto, el especialista explicó que no alcanza para poder contar con un monitoreo preciso y que permita tener precisiones sobre lo que sucede con el volcán Copahue.
“Nosotros tenemos los equipos, que es mucho dinero. Pero necesitamos hacer casetas y que alguien las mantenga. Necesitaríamos dos estaciones de banda ancha. Estamos haciendo una investigación con pocos recursos y con equipos que hemos conseguido nosotros. Es muy difícil así poder hacer un estudio y entender cómo funcionan estos sistemas volcánicos”, agregó Caselli.
Desde el Inidioma-Conicet en Bariloche y la Universidad del Comahue, Gustavo Villarosa asegura que presentaron a la Nación y a las provincias distintas propuestas, entre ellas la del monitoreo indirecto. “A diferencia del trabajo que propone Alberto (Caselli) nosotros propusimos poner imágenes satelitales y radares para evaluar la peligrosidad basada en el conocimiento de la actividad pasada. Esto es estudiar los sedimentos de los lagos, ya que contienen cenizas de todas las erupciones pasadas. Así, podés identificar las características, de qué volcán vienen, que extensión cubrió y la importancia de esa erupción. En función de esto, empezás a tener datos para hacer evaluaciones de peligrosidad para cada lugar”, dijo.
Si bien la cadena volcánica chilena no se compara con la argentina en su actividad, el país trasandino cuenta con un Observatorio Vulcanólogico, que depende del Servicio de Minería y Geología (Sernageomin). Acá no existe un organismo de este tipo. Tanto Caselli como Villarosa coinciden en la necesidad de contar con algún tipo de estructura que permita realizar un estudio y seguimiento preciso que permita anticiparse a este tipo de eventos naturales.
“Chile tiene una fuerte inversión pero es un riesgo distinto al argentino. Fijate que en el caso actual, si no evacuaban el pueblo antes de la erupción desaparece. Ellos tuvieron un alerta temprana un mes antes, nosotros no podemos conocer datos previos ni un mes ni una rato antes. Recibimos los datos cada tanto y no podemos anticipar este tipo de evento”, explicó Caselli.
Un mes antes de la erupción del complejo volcánico Cordón Caulle, la Onemi y el Sernageomin emitieron una alerta temprana. Esto permitió hacer un trabajo intenso en Chile para minimizar las consecuencias de la erupción. En nuestro país, Villa La Angostura realizó acciones de prevención. Según los especialistas, en esta detección temprana se destaca la necesidad de poder contar con un monitoreo de los volcanes.

Panorama
En este contexto, el limitado estudio del Copahue que lidera el equipo de Alberto Caselli no tiene comparación con el nulo seguimiento que se realiza en el resto de los volcanes de la zona.
El volcán Lanín, en Junín de los Andes, contaba con un pequeño sismógrafo hasta el pasado verano, cuando fue retirado por no contar con presupuesto ni mantenimiento. El Domuyo parece estar en una instancia previa. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta si es un volcán y no tiene ningún tipo de estudio y monitoreo. Lo mismo sucede con el volcán Tromen, muy activo tiempo atrás. Hoy, nadie sigue su evolución.

Antecedentes de erupciones

Neuquén > Tras las erupciones de 1992 y 1995, el domingo 2 de julio de 2000, la localidad de Caviahue/Copahue se autoevacuó ante una nueva y fuerte erupción del volcán Copahue. Aquella madrugada las cenizas que expulsó el macizo formaron una capa de 40 centímetros sobre el metro y medio de nieve que había acumulada en Caviahue.
Durante varios días el volcán presentó una actividad baja hasta que, finalmente, hizo su última explosión en la madrugada del viernes 7 de julio. Desde allí, se ha mantenido en silencio. Inactivo, por ahora.
Durante toda la semana, expertos analizaron el comportamiento del volcán mientras denunciaban que el único sismógrafo que había no funcionaba. Mientras tanto, máquinas de la Dirección Provincial de Vialidad transitaban intensamente los 60 kilómetros que unen Loncopué con Caviahue. El impresionante operativo de emergencia que se realizó en medio de un potente viento blanco permitió que lentamente los habitantes pudieran volver a sus hogares.

Copahue, con actividad tras el terremoto

Neuquén > Tras el fortísitimo terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter que sufrió Chile en febrero del año pasado, se espera que varios volcanes puedan entrar en erupción, explicó Caselli. En el país, el volcán Peteroa en Mendoza comenzó a tener anomalías en septiembre del año pasado.
“Lo que notamos es que en Copahue cambió la actividad sísmica desde el episodio en Chile. Hubo un cambio importante con respecto a la sismicidad a los pocos días de sucedido el terremoto. Es algo que por ahora vemos que se mantiene. No son terremotos sino señales de baja frecuencia. Da la sensación de que es agua hirviendo o gases, pero es imposible saberlo con precisión”, dijo Caselli.
“De todas formas, no podemos trasladar el vulcanismo del Copahue con el que puede tener los volcanes chilenos. El Copahue no tiene una historia eruptiva y no hay depósitos que puedan reflejar flujos y columnas de esta altura. Es un volcán tranquilo.
No se ve que haya terremotos. Lo que hay es eventos de baja frecuencia que no se pueden loalizar. Nos sabemos si vienen del volcán precisamente porque sólo tenemos una estación”, indicó Caselli. Y agregó: “Por ejemplo, el que puede tener una erupción es el Callaqui, que está detrás del Copahue. Es un volcán que está en el arco volcánico. Según los pobladores, desde hace rato está tirando algunas nubes de vapor. Tiene anomalías térmicas, se lo considera activo. Pero no hay ninguna información”.